viernes, 20 de enero de 2012

A MI PSICOANALISTA

A MI PSICOANALISTA

Jesús amado,
hoy me dolía el corazón,
hurgaba en mi pecho un antiguo dolor,
y tú que eres mi psicoanalista,
 y con El Espíritu Santo puedes escudriñar,
iluminando mi alma; a donde los hombres
no pueden llegar.

Hablando yo contigo, pude
dilucidar la raíz de ese antiguo dolor.
Jesús, tú me dijiste:
“Hija, ¿por qué la palabra abandono,
es en tu vida la palabra que más te escucho pronunciar? 
Cuando hablás con tus amigos,
tus hermanos, siempre les decís
no me abandonen.

Entonces, Señor, me hiciste recordar, que esto era verdad.
Una situación vivida trajiste a mí mente y
  que a tus pies he  podido dejar
Jesús, hoy he comprendido
que el abandono es doloroso,
y a muchos puede dañar.
Ayúdame a no abandonar
a nadie, pero por sobre todo
a saber, que aunque todos me
abandonen tu jamás me abandonarás.
Así lo dice tu palabra
y tú no mientes jamás.
Por eso sos mi psicoanalista,
con quien con toda confianza
 puedo hablar.


















Autora: Mirta Barolo
Seudónimo: Laureana Acuña
Derechos reservados

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